Biografía de Medardo Ángel Silva
Fue un poeta ecuatoriano nacido en Guayaquil el 8 de junio de 1898. Nutrió la letra de sus creaciones a partir de las fuertes vivencias que protagonizó; mientras que otros adolescentes disfrutaban de su juventud, a Silva le llegaron a muy temprana edad el dolor y el contacto cercano con la muerte. Siendo niño Silva sufrió la muerte de su padre, que los dejó a él a su madre en una profunda crisis económica. Esta situación, aunada a la guerra civil que experimentaba Ecuador durante esos años, incrementó la crisis alrededor de la cual crece y se desarrolla Medardo Ángel Silva.
Además de escritor, Silva también fue músico y compositor. Gracias a sus aportes se le ha considerado como uno de los ecuatorianos más representativos del modernismo, especialmente en el ámbito de la poesía, género en el cual destacó por sus interesantes creaciones. Medardo Ángel Silva fue un poeta precoz, dado que su carrera fue bastante corta: murió a los 21 años. En vida publicó 2 obras, y en 2004 la Biblioteca Municipal de Guayaquil, a través de su Proyecto de Rescate Editorial, publicó las obras completas de Silva. En esta publicación quedó recopilado todo el trabajo de Silva.
Primeros años de Medardo Ángel Silva
Guayaquil en tiempos de Medardo
La Guayaquil que vio nacer a Medardo Ángel Silva dista mucho de la Guayaquil actual. Para junio de 1898, Guayaquil pujaba por convertirse en una urbe cosmopolita mientras que el país estaba envuelto en una guerra civil y los grupos políticos se enfrentaban de tiempo en tiempo por las migajas del poder.
El país había heredado de la Corona española (antiguo Imperio) sus prejuicios y su estructura social: una élite social había crecido ejerciendo su dominación sobre un pueblo mestizo. Las riquezas provenían de los latifundios de cacao y café que se exportaban como materia prima. Paralelamente, el clero católico —junto con la oficialidad militar— se había asociado con la banca para ejercer el control social.
Esto llevó al surgimiento de una figura que pasó a ser legendaria: Eloy Alfaro, un militar alzado que en 1895, tres años antes de nacer Medardo, se convirtió en jefe supremo de Ecuador, líder de los movimientos campesinos y gran transformador social y político de su país.
La Generación decapitada
Medardo no es el único que siente la muerte como compañera de juegos. Hubo otros tres ecuatorianos, contemporáneos, que provenían de otros grupos sociales y se hicieron eco de esa enorme desolación espiritual que conlleva convivir con la muerte. Se trató de Ernesto Novoa, Arturo Borja y Humberto Fierro, todos nacidos en la última década del siglo XIX.
En la revista Letras, publicada en 1912, Francisco Guarderas habla de un grupo de adolescentes irrespetuosos y terribles llamados a sellar la libertad literaria de Ecuador y de la América hispana, y los bautiza como la Generación decapitada.
Dice que ellos —al igual que el conde de Lautremont— van contra todo y que su fervor pavoroso los convierte en la pesadilla de los retóricos.
Estos cuatro pistoleros de las letras tienen mucho en común: influenciados por el libro Azul del nicaragüense Rubén Darío y por los simbolistas europeos como Verlaine, Baudeliere y Rimbaud, encuentran en la depresión melancólica su inspiración.
El dolor, la separación y la muerte son entonces sus compañeros inseparables. Ellos son parte de la Generación decapitada.
Medardo, el modernista
A los 14 años, Medardo, mestizo, pobre, huérfano de padre y acostumbrado a contar féretros y a llorar en la distancia los muertos ajenos que siente como propios, trabaja ese dolor con total independencia creativa.
Sus escritos no sienten pudor por romper la métrica tradicional de la poesía, usando las palabras para sentir y no solo para decir. Cada una de las letras de sus poemas comienza a ser una experiencia sensoperceptiva de sus sentimientos más personales, aunados a una lucha sociopolítica de ruptura y libertad.
Este es el principio del Modernismo, el primer movimiento literario hispánico que trasciende las fronteras de un continente muchas veces despreciado por la visión colonialista, y logra la aprobación mundial.
El Modernismo es la avanzada del simbolismo y el antecedente del vanguardismo americano. El propio Medardo escribe que el público, poco menos que ciego, sentía que ese movimiento nuevo era como un monstruo apocalíptico que venía a destruir el arte de la escritura.
Medardo y su relación con la muerte
Medardo era un niño de tez oscura y de rasgos marcados que se enfrentó a la muerte de su padre aún siendo un niño. Esto conllevó a que la vida de él y la de su madre sufrieran un gran cambio.
Juntos vieron deteriorar su condición económica, al punto de que la única vivienda que logran tener se ubicaba frente a un cementerio.
Esta realidad, sumada a la realidad social del país en donde los enfrentamientos eran parte de la cotidianidad, lo lleva a ser testigo de numerosos desfiles mortuorios, lo cual se convierte en un espectáculo usual y desgarrador para el joven.
No hay comentarios:
Publicar un comentario